No poner cerca de fuentes de calor. Mantener fuera de la luz solar directa. Evitar el uso de productos abrasivos como acetona, lejía, blanqueadores y disolventes. Los objetos afilados pueden rayar la superficie. Limpiar con un paño húmedo y jabón suave, secando inmediatamente con un paño seco. Eliminar el polvo con un plumero.